Casa La Floresta
La Floresta, Barcelona
2023
Residencial
Un lugar íntimo en la naturaleza
La Floresta de Sant Cugat es una ciudad jardín envuelta por el parque Natural de Collserola que limita septentrionalmente con la ciudad de Barcelona. El proyecto se situa en uno de los límites de la parte urbanizada, actuando como frontera entre ésta y la zona forestal. Se puede acceder por dos viales a ambos lados de la parcela, que terminan justamente a sus lindes en forma de callejón sin salida. Por lo tanto, la casa quedará en el futuro rodeada permanentemente del Parque Natural, por lo que su situación es especialmente privilegiada. En la parcela, ancha y con fuerte pendiente, se dispone una cubierta a nivel del vial superior, a modo de gran jardinera, que incorpora la vegetación espontánea del propio parque, como una extensión del mismo. Una propuesta respuetuosa y sensible, como una revelación del lugar, con una una arquitectura entendida como prolongación del propio paisaje, disuelta en la naturaleza, silenciosa, casi inexistente. La casa no se ve desde la calle superior, desaparece. El reconocimiento de sus partes no quiere ser evidente, se nos van mostrando sutilmente, por lo que la experiencia del acceso en todo momento será única e intensa. El ritual de entrada te va sugiriendo lo que podría ocurrir. Cada rincón está pensado minuciosamente para conmover. Los materiales se eligen por su potencial expresivo y por su capacidad de transformarse con la luz y exaltarnos todos los sentidos. El patio de acceso que acoge la escalera central de hormigón comunica todas las plantas, está lleno de vegetación que cuelga desde la cubierta y de las jardineras intermedias, filtrando la luz. Se utilizan principalmente dos materiales. El hormigón, con una tonalidad alcanzada con áridos de la propia parcela y de una textura pensada específicamente para este proyecto que se combina con el roble, por los acabados interiores. Éste, con su calidez, se nos presenta amable y suaviza la sensación de frialdad que podría producir el hormigón. El tiempo se convierte en un material de proyecto. La elección de estos materiales radica en su capacidad de embellecerse al envejecer. Se genera un hábitat íntimo, un espacio personal en el que la experiencia sea intensa y memorable. En cuanto a la distribución interior, en la planta superior se ubica la parte más íntima de la casa y en la planta intermedia la zona de día, toda ella diáfana y abierta al paisaje. El lugar es inmejorable y pese a las grandes aberturas, permite alcanzar intimidad en todos sus espacios, con constante presencia del bosque. La planta inferior, semienterrada, alberga los espacios de ocio, delimitada por muros de roca de pizarra de la zona y de hormigón, sutilmente iluminados por una gran abertura en la piscina. Los límites entre el interior y el exterior quedan desdibujados, por la sensación de transparencia a partir de los grandes acristalamientos y por el hecho de que la vegetación exterior colonice sus espacios interiores. Sin embargo, un proyecto único y genuino, a pocos minutos del centro de la ciudad de Barcelona y donde la belleza y la sensación de bienestar, en contacto íntimo con la naturaleza, son sus principales valores.